Dar es dar, dice Fito.
“Y no fijarse en ella y su manera de actuar. “
No creo que lo haya pensado como un proyecto, pero el nuestro actuó raro mas de un año. Tal vez lo miraban de afuera y lo veían. Ese brillo, esa chispa. A mi me hacía seguir medio consciente medio inconscientemente. Como hacemos los emprendedores, bah.
Cumple un año y la rueda comienza a girar. Se mueve todo. El crecimiento, las propuestas, la gente, el equipo, las caras, las telas, los botones, el trabajo.
La relación de conciencia inconsciencia creo no haberla manejado tan bien antes. Y en eso, medio inexplicable, hay mucho de lo que hizo que todo empezara a moverse más este año. Hay mucho de planificación, y pensar y escribir, pero también hay un poco mucho de inconsciencia. De mandarse, de no dudarla, de confiar en el crecimiento, la gente, las caras, las telas, los botones.
Cómo se baja esa confianza a un proceso. Qué es lo que delimita el delirio de algo que puede ser lo que lleve un proyecto adelante. En general tenemos las mejores ideas cuando estamos livianos de equipaje, y yo soy experta mochilera. Cómo balancear el aplastante día a día con la cuota de delirio necesaria para ser un poco menos conscientes y tomar mejores decisiones. Es verdad que para tomar buenas decisiones hay que tener buena información, pero qué pasa cuando la información no es clara, cuando los datos no son suficientes y depende de nuestra interpretación.
Creo que tiene mucho que ver con saber si el equipo funcionará cuando las papas quemen, creo que tiene que ver con nuestra capacidad de resiliencia y también de reírnos un poco de toda la situación. Y de pensar que lo mejor está por venir. Y de visualizarlo. Y, claramente, con lo que hago y creo mucho en eso, con el karma.
